En esta sección te vas a dar cuenta de todo lo que puedes evitar controlando el consumo de grasas en tus comidas diarias. ¡¡Comer bien es salud y felicidad!!

Los principales riesgos para la salud del consumo excesivo de grasas vienen por medio de dos mecanismos:

a- Trastornos del metabolismo lipídico (colesterol y triglicéridos).

El colesterol es una grasa compleja que se encuentra de forma normal en el cuerpo humano, y es transportada por unas proteínas.

El llamado "colesterol bueno" (colesterol-HDL) tiene como una de sus misiones la protección de la pared interna de las arterias para evitar que se obstruyan.

El conocido como “colesterol malo” (colesterol-LDL), sin embargo, favorece la aparición de placas en esas paredes de las arterias. Esas placas se van haciendo cada vez más gruesas hasta que acaban por estrechar o incluso taponar completamente las arterias, impidiendo el paso de la sangre por ellas. También producen la arteriosclerosis, que consiste en un aumento de rigidez y pérdida de la flexibilidad de las arterias, que dificulta el riego sanguíneo.

b- Sobrepeso y obesidad.

Un elevado consumo de grasas constituye un factor predisponente importante para padecer sobrepeso y obesidad. La obesidad provoca, de forma directa, pero sobre todo, de forma indirecta, millones de muertes y de estados de enfermedad cada año. Según diferentes estudios, el hecho de ser obeso reduce la esperanza de vida en una media de 12 años, y aumenta el riesgo de muerte por otras enfermedades.

Existen numerosos trastornos asociados con la obesidad. Entre los más importantes se encuentran:

-Enfermedades cardiovasculares:
Hipertensión arterial: muy frecuente en nuestra sociedad, está directamente asociada a la enfermedad cerebrovascular (también conocida como ictus, infartos cerebrales, derrames cerebrales), que provoca numerosas muertes, pero también muchos casos de discapacidad grave, tanto física como mental.

La falta de riego sanguíneo se conoce como isquemia; si se produce en las arterias carótidas, que llevan la sangre a la cabeza, se pueden producir enfermedades gravísimas, como los infartos cerebrales.
Si la obstrucción se da en las arterias coronarias, pueden producirse infartos de miocardio, a veces de alta mortalidad.

El consumo excesivo de grasas saturadas tiene un doble efecto sobre el colesterol: por un lado favorece el aumento del colesterol-LDL (el “malo”) y, por otro, disminuye e impide la acción del colesterol-HDL (el “bueno”).
El consumo excesivo de grasas saturadas también provoca el aumento de los triglicéridos, otra grasa que se encuentra de forma normal en el cuerpo, pero cuya elevación puede propiciar también la arteriosclerosis.

Enfermedad coronaria: la afectación de las arterias coronarias, que son las que aportan oxígeno al corazón, produce anginas de pecho e infartos de miocardio.

Trombosis: la producción de trombos en el sistema venoso, especialmente en las piernas, puede provocar posteriormente el desprendimiento de dichos trombos, ocasionando embolias, que pueden ser de graves consecuencias.

- Enfermedades metabólicas:
Diabetes mellitus: la diabetes es también muy frecuente, y provoca trastornos en ocasiones muy graves, en diferentes partes del cuerpo humano, como los riñones, los ojos (retina) o los nervios periféricos.

Aumento del ácido úrico: produce lesiones y alteraciones a veces muy incapacitantes en un número importante de personas.

- Enfermedades articulares: el exceso de peso daña las articulaciones que tienen que soportarlo, en especial las rodillas y las articulaciones de la columna vertebral; el tratamiento de algunas de estas lesiones es en ocasiones difícil y con resultados poco satisfactorios.

- Enfermedades respiratorias: el exceso de peso dificulta el funcionamiento del aparato respiratorio y provoca desde insuficiencia respiratoria crónica a otras alteraciones como la apnea obstructiva del sueño.

- Tumores: parece ser que puede haber algún tipo de relación entre la obesidad y diversos tipos de tumores, como los de colon, vesícula o mama, entre otros.

- Enfermedades digestivas: trastornos del hígado, vesícula biliar y páncreas, entre otros.

- Enfermedades del aparato genitourinario: trastornos de la fertilidad, incontinencia urinaria, etc.

- Enfermedades de la piel.

- Trastornos psicológicos y psiquiátricos: puede producirse una baja autoestima y enfermedades como trastornos depresivos.

MENOS ES MÁS CON LA GRASA