Cómo reducir el consumo de sal

Según el Informe Mundial de la Salud 2002 llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que la hipertensión arterial (HTA) es causa de:

• Alrededor del 11% de las enfermedades en los países desarrollados.

• Más del 50% de las enfermedades del corazón.

• Casi el 75% de los accidentes cerebrovasculares.

Menos sal en casa

• Tomar con frecuencia alimentos frescos (frutas y verduras)

• No añadir sal en el cocinado sino cuando el plato está terminado

• Sustituir la sal por otras especias que den sabor

• Lavar antes de utilizar las conservas vegetales y legumbres

Menos sal en los restaurantes

• Pedir que preparen tu plato con menos sal

• Si elegimos platos con salsas, pedir que nos las sirvan por separado. Así añadiremos la cantidad deseada y
evitaremos el exceso de sal que tienen

Grasa, pero también sal

La presión arterial se reduce con un plan de alimentación bajo en grasa saturada, colesterol, grasa total, azúcares y sal.

Aunque popularmente es conocido el efecto positivo de dietas bajas en grasas sobre las enfermedades cardiovasculares, no es tan conocido que cuando también se reduce la ingesta de sal, los resultados en la disminución de la presión arterial son mayores (menos riesgo de enfermedad cardiaca en determinados casos).

Existe una amplia gama de alimentos con contenido reducido de sal que pueden sustituir a las variedades que habitualmente se consumen con más sal. Si los vamos incorporando de manera gradual a nuestra dieta, se favorece el cambio a sabores menos salados sin que se aprecie gran diferencia.

Consumo por edades

Desde diferentes instituciones sanitarias a nivel mundial, europeo y nacional (OMS, DGSANCO- Comisión Europea, MSPSI-AESAN) se ha alertado sobre el consumo excesivo de sal en la dieta. Recomiendan reducir el consumo de sal a:

• 5g/día para adultos     

• 3 g/día en niños menores de 7 años

• 4g/día en niños con edades entre 7 y 10 años

Familiarízate con las etiquetas

La mayoría de los alimentos frescos no contienen sal, este es el caso de frutas y verduras, aunque algunos presentan sodio de forma natural como el marisco y ciertas vísceras (hígado y riñones).

Pero la mayor parte del sodio que ingerimos se encuentra en los alimentos transformados por la adición específica de sal o por la de aditivos que contienen sodio. Por esto, antes de comprarlos conviene comprobar cuánta sal contienen, dato que figura en su lista de ingredientes y en la información nutricional que aparece en su etiquetado.

Ventajas de leer las etiquetas de los productos

• Podremos comprobar qué alimentos y bebidas llevan sal añadida o algún conservante que contiene sodio, descubriendo que ciertos tipos de alimentos y bebidas que no se identifican como de sabor salado, llevan cantidades de sal a tener en cuenta.

• Podremos comparar la cantidad de sal de las distintas marcas de un mismo alimento y optar por las que hayan utilizado menos en la fabricación.

• Podremos identificar los tipos de productos que contienen mayor cantidad de sal y de los que conviene no abusar, limitando la frecuencia y/o la cantidad a ingerir en la dieta diaria.

CON LA SAL NO TE DESAJUSTES